No está en los genes, insistimos.
Varios ejemplos en los últimos meses refuerzan mi teoría de que el determinismo biológico sigue tan vivo como siempre, pero más tecnologizado y políticamente correcto. Ejemplo en diferencias de género, violencia1 y más recientemente el “éxito escolar”. El portal de divulgación de la Agencia SINC, financiada con dinero público, se hacía eco2 de un estudio…