Epistemología y cultura científica_Tarea 5

La tarea 5 de la asignatura de Epistemología y cultura científica nos anima a “Identificar y caracterizar brevemente los principales modelos o enfoques sobre la cultura científica que se describen y analizan en el capítulo de la tesis de la doctora Lázaro.”

Sin ser una definición, la afirmación “la cultura científica es valiosa por ser parte de la cultura” puede ser problemática en tanto que, como se describe más adelante, determinadas formas de transmisión de esta cultura pueden ayudar a generar sociedades más pasivas y menos democráticas. 

Desde luego es “uno de los motores del conocimiento, y del riesgo, de las sociedades modernas, la CyT están presentes cotidianamente en la vida de todas las personas”.

El texto describe cómo el concepto de cultura científica ha estado tradicionalmente (y lo sigue estando a menudo) “asociado al concepto de alfabetización científica”. Pero enfoques críticos plantean que la cultura científica debe ser un proceso bidireccional en el que no solo importa el conocimiento en sentido estricto sino la confianza, las actitudes hacia y desde la ciencia. 

Además, se da la paradoja en la que los estudios sobre cultura científica reflejan un “bajo nivel de alfabetización científica” en la sociedad, mientras que la cantidad de actividades de divulgación es más alta que nunca. 

Lo que parece claro es que la implicación de la sociedad en lo que se hace en ciencia necesita “conocer algunos elementos de CyT”. Y este conocimiento sobre CyT puede (yo diría debe) ir más allá de la alfabetización en contenidos cognitivos y avanzar sobre sus dimensiones sociales, no necesariamente positivas, por lo que podría ser deseable también que los propios científicos tuvieran elementos de esta “cultura científica”. 

La autora define CC en base a la definición de ciencia, muy interesante. Porque como dice, si se parte de una definición en la que la ciencia es una “actividad humana creativa para la comprensión de la naturaleza, cuyo producto es el conocimiento,

obtenido por métodos fiables y consensuados”  entonces la concepción de cultura científica será la “comprensión de sus contenidos y métodos”, mediante la “alfabetización de la población, y que promuevan medidas educativas y de difusión”.

Si la definición es “lo que hacen los científicos”, entonces la cultura científica será conocer de la mano de ese conjunto de expertos sus resultados y su conocimiento. 

Cuando la definición se mejora haciendo hincapié en el impacto de la ciencia en la sociedad: “sistema de acciones intencionales cuyo objetivo principal es la producción de conocimiento pero cuyos resultados también transforman entidades” entonces la cultura científica también tiene que comprender los riesgos y factores relacionados con esa transformación. Ya que la ciencia no es una cuestión de “verdad”, por lo que “necesariamente debe estudiarse en contexto, con un énfasis en la formación de creencias y actitudes.”

Probablemente el concepto de ciencia posnormal propuesto por Funtowicz & Ravetz es de lo más completo ya que no solo se trata de entender y actuar sobre las consecuencias de la CyT, sino que también la cultura científica debe incluir “las propias condiciones actuales de CyT, cómo se ejerce, qué garantía de calidad existe, evaluaciones críticas, etc. . Y su propuesta es que no sea sólo por expertos, sino por lo que llaman “comunidad extendida de evaluadores”. Para ello la sociedad debe recibir una cultura científica integral. Y el “término apropiación social de la ciencia resulta más indicado.”

Proyectos como el 2061 son problemáticos porque plantean la alfabetización científica de la sociedad de manera unidireccional, donde la sociedad, lega, ignorante, recibe el conocimiento, son “alfabetizados”, por parte de una élite. Como si esa élite no fuera sociedad en todos los sentidos, especialmente aquellos (sesgos, prejuicios, inmoralidades, problemas de salud mental, narcisismo patológico, etc.) que afectan a su quehacer de manera importantísima y que revierten en la sociedad en forma de mala praxis o comunicación. 

no pierde sentido pensando en el sistema educativo y las políticas institucionales de popularización y comunicación de la ciencia

Muy importante por diversas razones, especialmente como indica la autora, la comunicación científica desde el punto de vista metacientífico: implicancias sociales, económicas y políticas de la CyT. Una democracia plena necesita que uno de los poderes más importantes, el tecnocientífico, sea “popular” en un sentido amplio. ¿Qué se investiga, cómo y por qué? Los problemas mencionados de falta de alfabetización o confianza en las instituciones científicas mejorarían si ésta fuese más permeable y receptiva a la sociedad. Y todos los problemas de credibilidad durante la pandemia o con la crisis climática se verían reducidos o al menos el debate podría ser menos ruidoso si se pusiese en el centro cómo la ciencia va reduciendo la incertidumbre ante algunos

El desafío se relaciona a la adopción de una forma de comunicación de la ciencia, tanto desde el punto de vista educativo como de su difusión, que supere al modelo lineal.

Muy acertada la mención a la democratización del conocimiento y el órdago a superar la comunicación científica unidireccional. Algo que siempre echo en falta en este tipo de análisis sobre la comunicación y la cultura científica es el que se separen del resto de ámbitos de la sociedad y la política. “Superar el modelo lineal”, la ciencia crítica, o “ciudadana”, no va desligado de la participación de la sociedad en otros ámbitos de la toma de decisiones. Cómo se diseña el barrio, un parque, dónde se destinan los presupuestos, cuántas subvenciones públicas recibe una empresa petrolera o qué productos alimenticios se utilizan en el comedor escolar. Son cuestiones de democracia básica. Difícilmente una sociedad pasiva que no participa en la toma de decisiones de cuestiones cruciales y vitales vaya a interesarse en participar en procesos participativos de comunicación y culturización científica. A su vez, poco se hace desde las universidades, o las cátedras de cultura científica, para superar ese modelo “representativo”. Se siguen organizando megaeventos de comunicación científica acríticos no participativos tipo Naukas donde no solo se reproduce y profundiza en el modelo criticado en la tesis sino que va en dirección contraria. No se pueden promover “valores tan ampliamente difundidos y preciados como el “desarrollo sustentable”” por empresas como Petronor. La divulgación científica también puede ser un modo de propaganda “greenwashing”.

Importante la mención a la necesidad de un “contrato social para la ciencia” que garantice el acceso al conocimiento, añado, en un sentido amplio, también a todo tipo de patentes especialmente de medicamentos por organismos públicos, algo que no deja de ser una forma de difusión y democratización del conocimiento. 

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