El Universo a grandes rasgos. Actividad 3 / Tema 3EL MOMENTO MÁS ESPÆCIAL

Como canta El Cabrero, yo, de chaval, 

En vez de mirar pal cielo

Me puse a medir el suelo

Que me tocaba de andar

Y ciertamente lo que más me ha apasionado toda mi vida ha sido la biología en todas sus variantes. Es verdad que leí y soñé con Asimov, leo y veo mucha ciencia ficción astronómica, disfruté (aunque nunca memoricé) identificando las constelaciones en los campamentos de verano y pedía deseos a las estrellas fugaces. 

Pero debo confesar que en determinadas épocas he hasta detestado la exploración espacial porque entonces la consideraba un despilfarro de recursos. La astronomía, impulsada por la guerra fría y el desarrollo militar, y el cine asociado a la NASA, ha sido muy propagandista, fomentando una especie de religión en el sentido de pretender ser el opio del pueblo, adormecer a la sociedad con ensoñaciones de colonias en Marte mientras hacemos inhabitable nuestro planeta. Tal como canta El Cabrero en Como el viento de poniente. 

Pero ha sido recientemente, antes de esta asignatura, cuando he recuperado el interés por la astronomía y la exploración espacial. Estábamos un día viendo con mi hijo Wonder, donde un niño con una fuerte malformación facial usa un casco de astronauta para esconderse de las miradas. Él se pregunta, ¿qué es un astronauta? Y le pongo vídeos de paseos espaciales, de la misión Artemisa, le hablamos de Yuri Gagarin, de Valentina Tereshkova, de Samantha Cristoforetti; vemos juntos Buzz Lightyear y el maravilloso beso, y el universo invade casa, literalmente. Todo gira en torno a la luna y las estrellas.

Me doy cuenta (tarde, lo sé) del potencial tan grande que tiene la astronomía, mirar pal cielo, para desarrollar la imaginación, la curiosidad, y más tarde las vocaciones STEM. Pero también para hablar de desigualdad (grandísima Figuras ocultas) y logros en igualdad. De retos científicos y contradicciones. De hypes y super ricos vende humos, de jóvenes científicas que nos enseñan que se puede “fotografíar” un agujero negro. Porque el ser humano siempre ha mirado al cielo y siempre lo hará, es mejor hacerlo desde la razón y la ética; la ciencia y la justicia social. 

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