Debate: Un nuevo enfoque científico para el Antropoceno

El pasado 10 de mayo participé en esta mesa redonda.

Os dejo por aquí el guión que usé y mi participación, pero os animo a verla entera.

El guión está desordenado, pero hay cosas que no dije por cuestión de tiempo que pueden ser interesantes.

CHARLA FUHEM

¿Estáis de acuerdo con lo que planea Innerarity y que mencioné al principio, y por qué?

Dice Innerarity, la ciencia se ha ido convirtiendo en una institución que decide sin legitimidad sobre lo técnicamente factible,

Pero claro, a qué estamos llamando ciencia. Yo soy de los que opina, como Javier Echeverría que la producción de conocimiento está dominada por la tecnociencia.

Ahí ya no prima el esclarecimiento de las leyes de la naturaleza, su comprensión, incluidas aquellas no materiales o no falsables como podría ser la antropología o las ciencias sociales, sino que prima el dominio de la técnica. Para eso hace falta legitimación ideológica. Hoy mismo me pasaban esta noticia de las “mejor prevenir que curar” en el New Scientist que plantea dispersar vacunas con técnicas genéticas a todos los portadores de virus, algo parecido decía Vincenç Navarro hace como un año en su blog en Publico. Pues nada, como decía un compañero de Jevons, “buena suerte vacunando de patógenos desconocidos a las poblaciones salvajes e inaccesibles de unas mil especies de murciélagos salvajes

cuando acaben de terraformar marte, alicatar júpiter y vacunar murciélagos, pueden comenzar la campaña de vacunación de topillos“

De todas maneras la ciencia siempre ha estado al servicio del poder, solo hay que ver el proyecto Manhattan. La cuestión es qué grado de independencia ha tenido y tiene la ciencia del Mercado, y eso es lo que está desapareciendo en la actualidad.

Cuando habla de la epistemologización de lo político, cuando se crean plataformas como Ciencia en el parlamento para supuestamente hacer que las decisiones políticas estén basadas en la mejor evidencia científica lo que no se dice es qué evidencia se elige y cuál se deja fuera. A mí me parecería bien que se epistemologice lo político, pero sin que sea un caballo de Troya del mercado, sino que se tengan en cuenta el resto de saberes, diversos, contradictorios, radicalmente históricos y saberes de clase.

Por ej. las elecciones en Madrid. La izquierda ha recurrido a los datos objetivos de Ayuso sobre la gestión de la pandemia, el desmantelamiento de lo público, etc. La derecha ha recurrido a las emociones, miedo y libertad. ¿qué pasa, ha recurrido una a lo epistemológico y la otra a lo irracional? Yo creo que no, yo creo que la izquierda de hecho ha ignorado una evidencia, la de la sociología que las masas se mueven por las emociones.

¿Cuál es la función y la definición que atribuyes a la ciencia?

Es muy complicado para mí sintetizar tu pregunta, al final le he dedicado varios años a escribir un libro sobre eso mismo. No soy filósofo, soy un obrero de la ciencia (biomedicina) que lleva 20 años viendo, sufriendo y estudiando la transformación del sistema científico.

Yo no soy biotecnólogo, sino biólogo, interesante porque no había biotecnología.

Así hice la tesis en ciencia básica, aunque rápidamente todos los grupos de investigación han tenido que moverse a la tecnociencia. Hoy día digamos que no se estudia biología sino biotecnología. El juego de la investigación biotecnológica se llama “elige tu enfermedad”. Porque en biología ahora, no se trata de descifrar los secretos de la naturaleza, sino encontrar soluciones tecnológicas a las enfermedades, que claro no entendemos.

Y claro, esto genera un sesgo brutal.

Decía la filósofa Laura Nuño en un artículo reciente: En la producción de conocimiento, Lejos de instanciar la aplicación de un método universal que revelaría progresivamente las verdades ocultas en la naturaleza, tales prácticas resultan más bien de la negociación constante de microestrategias que permiten ordenar los datos ingentes y muchas veces contradictorios en los productos que al final de este proceso de fabricación se presentan como “hechos”.

Desde la izquierda tradicional, neopositivista, de la que vengo, creo que se tiene idealizada la noción de ciencia en tanto que como actividad humana esta depende radicalmente de las relaciones de producción. Decía Buey: “en sus áreas más avanzadas, la ciencia se ha fusionado con la tecnología hasta formar un complejo único: lo que llamamos tecnociencia… haciendo aumentar no solo sus bondades sino su riesgo

Y no es algo que yo haya vivido, un cherrypicking. No son unos cuantos garbanzos negros, no se trata de disfunciones, sino que el sistema solo financia aquellas investigaciones que en su tuétano esté un proyecto, el del desarrollismo. No hay dos ciencias, la buena y la mala, Tampoco la privada y la pública. Ni tampoco una cuestión de ética. Los científicos que lideran grupos cada vez más se les obliga a parece empresarios, actúa como empresarios, porque son empresarios. No existe la comunidad investigadora.

La ciencia, o tecnociencia, actual es una industria explotadora, expoliadora, que margina a las mujeres. Busca soluciones tecnológicas no por el bien de la humanidad sino del mercado, porque a la vez, como hemos visto bien en la pandemia, dejar fuera otras medidas, otras epistemologías. Y así nos convencerán de que solo con las vacunas podremos salir de la pandemia, y venderán un relato lineal y esterilizante de las vacunas.

Si seguimos el dinero nos damos cuenta.

ERC financiación europea.

ENTRAMADO.

Spin offs. Cesión ilegal de trabajadores. Testaferros.

Las multinacionales dirigen las tecnologías que se van a utilizar en lo que llaman investigación básica.

En las últimas décadas se le ha dado la vuelta a la tortilla, la tecnología está encima, es lo primero, y el conocimiento es una mercancía en sí, la ciencia es un negocio que cotiza en bolsa.

El objetivo de los y las obreras de la ciencia no es desentrañar los secretos de la naturaleza sino publicar y patentar. Y a eso les obligan, si no lo hacen está fuera, si además son críticos ni siquiera entran en el sistema.

La consecuencia de que la producción de conocimiento esté dominada hoy por el mercado y la tecnología es que todo lo controla el cientifismo y el solucionismo tecnológico. Las epistemologías que no dan beneficios, también mal llamadas ciencias blandas son relegadas e incluso ridiculizadas. Eso es caldo de cultivo del determinismo biológico que ha resucitado a la eugenesia a través de una técnica, el NGS Next generation sequencing, y bien denunciado por Angela Saini en sus libros, que está produciendo cientos de publicaciones científicas sobre el gen de la pobreza, el de la homosexualidad, la violencia e incluso el gen que te predispone a sufrir violencia de los progenitores. La tecnociencia es el arma ideológica de los poderosos.

Las herramientas ideológicas que utilizan en su propaganda es el cientifismo, y permítanme un ejemplo:

Al difundir este acto por redes, un usuario me respondió: “Lo siento, pero ciencia y antropoceno son conceptos antagónicos. Antropoceno es un concepto político.” Existe un grupo de trabajo de investigadoras que trabaja en esa definición, pero para el cientifismo no es suficiente, no es ciencia y basta. Ellos deciden qué es conocimiento y qué no.

Otra consecuencia de esa inversión tecnocientífica es el problemón con el fraude y la reproducibilidad. El publica o perece es el lema en los laboratorios, y la presión por publicar, el que los controles sobre el fraude sean más que insuficientes, se tarden años en retirar artículos con clarísimos ejemplos de manipulación de imágenes. Que existan los llamados molinos de papers donde cualquier investigador puede comprar artículos falsos. En biomedicina existe un empobrecimiento epistemológico, cada vez es menos crítica, menos sistemático, menos objetivo…

Me gusta eso que dice Mónica del “ilusionismo tecnológico”.

La tecnociencia está íntimamente ligada al progreso. ¿Os habéis fijado que el progreso como sustantivo nunca se adjetiva?

Tú hablas del riesgo del ilusionismo tecnológico, no solo tenemos que ver la psicopatía de los seguidores de Elon Musk, sino por ejemplo a la más grande plataforma de divulgación española, Naukas, que da cabida a negacionistas o neonegacionistas. Son científicos (funcionarios públicos) y comunicadores con una agenda liberal, que en las últimas semanas están atacando al movimiento ecologista, están defendiendo la industria cárnica como más segura, las nucleares como más limpias, y lo último es oponerse a la cancelación de las patentes de las vacunas. Con muchísimos conflictos de intereses y publicidad encubierta.

Pero unas palabras sobre el solucionismo:

Desde muchos ámbitos se piensa que la tecnociencia podrá resolver los problemas de la falta de recursos energéticos (energías renovables) y alimentarios (transgénicos y demás).

Pero como insisto en el libro, no se trata de abrazar relatos y prácticas irracionales. Sino que es importantísimo cambiar no solo los elementos estructurales que afectan a la producción de conocimiento, sino también la composición de género, de clase y étnico-cultural, incorporando otras formas de epistemología, de interpretar el mundo, porque la ciencia, si no, seguirá sirviendo a los intereses de esas élites que la hacen, no solo porque producirá tecnologías que reproducirán las desigualdades sino porque en su raíz estará sesgada y por tanto en buena parte equivocada. En la producción de conocimiento contemporánea encontramos al mismo tiempo la solución y el problema de la crisis más grande a la que se ha enfrentado la humanidad.

Si tuviéramos un sistema científico donde lo epistemológico predominara frente a lo tecnológico, lo que se haría es profundizar en las causas y buscar soluciones democráticas, consensuadas (Y con esto no me refiero solo entre disciplinas de ciencias duras, sino también aquellas como la antropología, las ciencias sociales y las epistemologías del sur.), en base a la mejor evidencia disponible.

Yo soy consciente de que el concepto de tecnociencia genera problemas teóricos, pero es una herramienta analítica que nos es útil para entender cómo funciona ahora la producción de conocimiento, no cómo funcionó, cómo debería o como nos gustaría.

Y para terminar, os animo a reflexionar en algo, si la sociedad se enfrenta a un colapso energético y de materiales, qué le pasará a la producción industrial de conocimiento? Si la sociedad supiera cómo están ahora mismo faltando materiales básicos, plásticos, para seguir con la investigación en los laboratorios…si supierais de la absoluta dependencia en unas pocas multinacionales.

un breve comentario sobre el mito de la meritocracia en el ámbito científico.

Te podría decir que la meritocracia es un mito, y que en realidad los y las investigadoras están todas por enchufe, nepotismo y plazas con bicho. El problema es que en parte es cierto, los mejores son los que consiguen plazas y los proyectos millonarios. Y son jefes y jefas, pero es un mérito no sobre los hombros de gigantes, sino sobre el de miles de personas hiper explotadas, acosadas y sometidas a un régimen de explotación del s XIX, más de 50h semanales, sin derecho a maternidad, lo que lleva a una estructura en tijera, al avanzar en la carrera investigadora se reduce el% % de mujeres que siguen investigando… Eso sin mencionar algo de lo que no hemos profundizado, de la corrupción, y el desvío de dinero público para engrosar los bolsillos de esos “investigadores excelentes”.

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